lunes, 24 de agosto de 2009

Noches de desvelo

Era hora ¿no? Seguramente esa pregunta sirva para los antiguos lectores de mis queridas Crónicas de un Infeliz y obviamente también me sirva a mí. Pero como estoy lejos de querer hacer distinciones entre el poco público que tengo, paso a explicar: "Noches de desvelo" concentró una cantidad de cuentos cortos -la mayoría no superan la carilla-, algunos mejores otros peores, la cuestión es hoy esta completa la obra con 30 cuentos, de los cuales jamás voy a publicar todos.
Empezaba todo allá lejos y hace tiempo, el calor era insoportable en el cuartito dónde recién había mudado la computadora, pero sin embargo las noches de verano en Buenos Aires parecen dar respiro, a todo un día en el que el sol castiga a cada porteño. Yo en aquel entonces admiraba la filosofía, lo quería saber todo, lo quería razonar todo, lo quería decir todo y siempre acaba textos largísimos sin decir nada, intentando ahondar en una frase al punto de volverme repetitivo de cansarme de lo de que acababa de escribir -y eso que yo soy el orgullo hecho ser humano, o era- de decir tanto lo mismo, y llegar al punto de no decir nada. El admirador de la filosofía estaba en problemas, no decir nada en un texto de tres páginas es todo un problema. Aquella noche de Viernes, madrugada de Sábado, abrí la ventana y empecé a escribir, a escribir un cuento que describiera más o menos lo que sentía poniendo un hipotético caso, una fantasía pero en aquel momento con la idea dejar una suerte de moraleja. Una vez terminado el cuento, lo leí, no era muy largo, no desvariaba, el mensaje era claro, era lo que buscaba. Minutos más tarde llegaron los bostezos, el sueño acusó recibo recién a las tres de la mañana -cosa totalmente inusual para mí, entonces a penas un púber de 13 años-, y una vez todo listo; a dormir. Esperé todo ese sábado que se hiciera de noche y así llegaría otra noche de desvelo y otra...
Todos los cuentos están relatados en primera persona, ya sea como primera protagonista o testigo, y a decir verdad no entiendo por qué esto es así, supongo que están cargados de una subjetividad enorme como para presentarlo en tercera persona omnisciente, como para que yo tenga la grandeza que los escritores en su mayoría tienen, la grandeza de no pensarse protagonistas. Pensé en dos o tres cuentos y listo. Después agrandamos la mira capas llegue a los cinco, ¿Y a diez? A lo mejor no me dé el cuero, dejalo ahí que esta bien. Hoy abro en Word "Noches de desvelo" y veo que hay 39 páginas, 30 historias.
Así que sin más que lo dicho hemos de reinaugurar "noches de desvelo", digo reinaugurar porque existen cuentos anteriores de esta misma saga publicados en el anterior blog, que nunca esta de más recordarlo http://cronicasdeuninfeliz.blogspot.com/search/label/Noches%20de%20desvelo.
Adiós mis queridísimas criaturas

No hay comentarios:

Publicar un comentario